El presidente de EE. UU., Donald Trump, elogió el oro de 24 quilates en el Despacho Oval y la Sala del Gabinete de la Casa Blanca, destacando su “apariencia y éxito”. Describiendo el Despacho Oval como el "mejor de todos los tiempos", Trump afirmó que los líderes extranjeros y visitantes “se sorprenden” al ver el oro.
"Se utilizó oro de 24 quilates de la más alta calidad en el Despacho Oval y la Sala del Gabinete de la Casa Blanca. Los líderes extranjeros, y todos los demás, se sorprenden al ver la calidad y belleza. ¡El mejor Despacho Oval de todos los tiempos, en términos de éxito y apariencia!", dijo Trump en un mensaje en Truth Social.
Trump había señalado previamente que la sala necesitaba “un poco de vida” y mencionó la dificultad de hacer que la pintura dorada pareciera oro real, según informó Fox News. A pesar de esto, continuó con las renovaciones en los meses siguientes, aumentando el uso de oro en toda la oficina. Se añadieron molduras doradas al techo, marcos de puertas y chimenea, y los querubines esculpidos dentro de los marcos también se pintaron de dorado.
Durante su administración, aumentó el número de trofeos y jarrones dorados en la repisa, y se añadieron posavasos dorados con el nombre de Trump. Un portavoz de la Casa Blanca dijo que el oro, descrito como “de la más alta calidad”, fue comprado personalmente por Trump, según Fox News.
Trump también amplió el número de cuadros expuestos en el Despacho Oval, con casi 20 retratos de expresidentes en las paredes. En comparación, su predecesor Joe Biden mostró seis cuadros, mientras que Barack Obama tenía solo dos. Para ayudar con el proyecto, Trump supuestamente contó con la ayuda de su “experto en oro” personal. John Icart, un ebanista de 70 años de Florida, fue llevado a Washington en el Air Force One para replicar los adornos dorados que había agregado a la residencia de Trump en Palm Beach, Mar-a-Lago, según informó The Guardian. Las ornamentadas tallas doradas que Icart instaló en el Despacho Oval llevaron a la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, a describirlo como un “despacho dorado para la era dorada”.
El fin del Artículo