El 14 de diciembre, un padre y su hijo abrieron fuego durante una celebración de Janucá en Bondi Beach, en Sídney, causando la muerte de 16 personas, incluido uno de los atacantes. Las autoridades australianas declararon oficialmente el incidente como un ataque terrorista, según informó ABC News.
La policía identificó a los atacantes como un hombre de 50 años y su hijo de 24 años. El padre murió tras ser abatido por la policía en el lugar, mientras que el hijo fue trasladado al hospital con heridas graves y permanece bajo custodia policial.
Los investigadores informaron que el padre poseía legalmente seis armas de fuego, las cuales se cree que fueron utilizadas en el ataque. Las autoridades también señalaron que ambos habían jurado lealtad al grupo Estado Islámico. En el coche de los atacantes, cerca de Bondi Beach, se encontraron dos banderas del Estado Islámico, una de ellas colocada sobre el capó del vehículo.
Las víctimas pertenecían a diferentes edades y formaban parte de la comunidad judía que participaba en la celebración religiosa. El ataque ha sido descrito como uno de los tiroteos masivos más mortales en Australia en las últimas décadas.
El primer ministro Anthony Albanese condenó el ataque y pidió un endurecimiento de las leyes sobre armas. “El gobierno está preparado para tomar todas las medidas necesarias, incluidas leyes más estrictas sobre armas”, afirmó.
La investigación continúa para determinar cómo se radicalizaron los atacantes y si existieron señales de advertencia antes del ataque.
El fin del Artículo